¡Con voto, con voz, así nos quiere Dios! Irma Lorena Acosta Reveles El título de esta columna es una consigna de las muchas que enarbolan en los últimos tiempos los movimientos feministas al interior de la iglesia católica. Otras consignas dignas de recordar son “igualdad en la calle y en el altar”, “limpiar y poner flores, que lo hagan los señores”, “no más varones tomando las decisiones”. Este tipo de proclamas sirven bien para evidenciar que, en el presente, a impulso de movilizaciones progresistas de largo aliento, los ajustes igualitarios en todas las instituciones humanas son ya impostergables. Más urgentes todavía si las vindicaciones se enraízan en una tradición democrática y de derechos humanos que occidente se precia de salvaguardar. Para entender mejor las pulsiones de cambio que llaman a mover el timón institucional hacia fórmulas más equitativas –en este caso al interior de la iglesia católica– y también para captar su significado social, co...